Como alumno había vivido muchas fiestas de Santa Teresa, pero esta era diferente, especial; y es que desde que puse un pie en el colegio para ayudar a las hermanas pude percibir lo importante que era para ellas y la ilusión que tenían en que todo saliera como la ocasión se merecía, y a eso hay que sumarle el entusiasmo generalizado entre los alumnos como en el personal docente. ¡Madre mía!, pensaba yo, ¡qué responsabilidad!

Y después de muchos preparativos, ensayos con alumnos que portarían a Santa Teresa, reuniones con la hermana Angélica, montaje de las andas… llegó el día. Me veía en el patio del colegio, rodeado de niños y adolescentes, reencuentros con los profesores y las hermanas pendientes de los últimos detalles; parecía que nunca me había ido, que seguía estando allí, que era uno de ellos.

 Toda la comunidad “El Carmelo” paseamos con la Santa, por las calles adyacentes al colegio rodeado de un ambiente festivo, alegre y con mucho gozo. Momentos muy especiales los vividos, y es que no se cumplen 500 años todos los días.

A continuación celebramos, con gran solemnidad, la Eucaristía en las recién estrenadas pistas deportivas, presidida por el P. David Alarcón ocd, y con el cuarteto “HERMIOLIA ENSEMBLE” Con ello dábamos por finalizado el V Centenario del nacimiento de Sta Teresa. Un año cargado de eventos que nos han ayudado a conocer más a esta gran Santa del Carmelo.

Cuando todo terminó sólo escuchaba palabras de felicitación y agradecimiento hacia mi persona. Yo solamente podía decir que era mérito de todos, no sólo mío. Pero quien realmente está agradecido, quien sinceramente tiene que dar las gracias con mayúsculas, soy yo, por dejarme vivir y compartir ese momento tan especial y que disfruté al máximo.

¡GRACIAS!

Enrique Trujillo

Antiguo alumno