Abril 2015

Madre:
Hoy queremos dar gracias a Dios por los hombres que trabajan en paz y por los que construyen un mundo más feliz.
Sin embargo, sabemos que hay hambre en el mundo, que hay guerras, ...
niños, hombres y mujeres que sufren.
Pero también los hay que se sacrifican por ellos y los atienden,
que luchan contra el mal e infunden amor y esperanza en los débiles.
Madre:
Sabemos que cuando se ama de verdad, el sufrimiento es menos pesado de llevar, las injusticias retroceden y las rencillas se apagan.
Enséñanos a amar, a luchar y a sonreír para que llegue a nosotros la paz y la amistad, para que florezca la esperanza en el corazón de todos y de cada uno. Amén

Lectura: Lc 2, 27-35

Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

«Ahora, Señor, puedes, según tu palabra,
dejar que tu siervo se vaya en paz;
porque han visto mis ojos tu salvación,
la que has preparado a la vista de todos los pueblos,
luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.»

Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él.

Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción - ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»

Dios te salve María...