Por haber sido elevada a una grandeza proporcionada a tu humildad, bienaventurada eres, María.
Por la grandeza de tu concepción sin mancha, bienaventurada te llamarán todas las generaciones.
Por la grandeza de tu virginidad maternal o de tu maternidad virginal, bienaventurada eres, María.
Por haber sido engendradora de tu Creador y receptáculo del que es inmenso, bienaventurada eres, María.
Por haberlo predicho ya en vida, iluminada por Dios, bienaventurada te llamarán todas las generaciones.
Por cumplirse ese vaticinio, siglo tras siglo, a lo largo de la historia, bienaventurada eres, María.
Por haber querido Dios que se cumpla también en los siglos eternos, bienaventurada eres y te llamarán todas las generaciones.
MARÍA, MADRE DEL CARMELO Y SEÑORA DE LAS VIRTUDES RUEGA POR NOSOTROS |