Desde hoy arrancamos todos los motores, este decálogo nos ayudará a avanzar este curso con ganas e ilusión.
- Que los errores del año pasado no te impidan avanzar en aquellos proyectos e ideales que te marcaste: aportará ilusión a tu trabajo.
- Vive con intensidad lo que haces. Cuando uno disfruta con lo que aprende o enseña, se nota. No pongas "el piloto automático".
- Aprecia lo que realizas. No siempre solemos conseguir lo que pretendemos. Hay que caminar hacia adelante con lo que tenemos.
- Respeta a las personas que están delante de ti. Si eres profesor, llena de sabiduría a tus alumnos. Si eres alumno, valora el esfuerzo de los que intentan abrirte horizontes.
- Sé consciente de tus limitaciones. Con ello conseguirás dos cosas: la humildad y el que los demás te puedan ayudar.
- Encomienda a Dios tus afanes. Él te dará la serenidad ante las dificultades, la sabiduría ante los retos, la constancia cuando te ronde la debilidad.
- Sé persistente en tu responsabilidad. Educar, ni ser educado, es fácil. En el día de mañana se agradecen dos cosas: las personas que se desgastaron por nosotros y los conocimientos adquiridos.
- Reflexiona sobre los frutos del pasado curso e, intenta, alcanzar aquellos objetivos que no fueron cumplidos.
- Muéstrate delicado en tus expresiones físicas y verbales. No por ser espontáneo ni duro, somos más personas ni más respetados. Todo lo contrario.
- Defiende tus ideales cristianos. Que se te vea contento de tu pertenencia a la iglesia de tu amistad con Cristo. Tendrás tu recompensa.