Domingo, 07 Diciembre 2014 00:00

Canto de Adviento

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No hay que temer al fracaso, a la lucha,
al dolor, a los pies de barro
o a la debilidad.

No hay que temer a la propia historia,
con sus aciertos y tropiezos;
ni a las dudas; ni al desamor;
que la vida es así, compleja,
turbulenta, hermosa, incierta.


Pero luchemos
contra la tristeza perenne,
esa que se instala en el alma
y ahoga el canto.


Alimentemos la semilla de alegría
que Dios nos plantó muy dentro.


Que surja, poderosa, la voz esperanzada,
esa que clama en desiertos y montes,
en calles y aulas,
en hospitales,
en prisiones,
en hogares y en veredas.


Cantemos, hasta la extenuación,
la vida del Dios hecho niño,
del Niño hecho Hombre,
del Hombre crucificado
que ha de vencer a la cruz, una vez más.


Nadie va a detener al Amor
que se despliega, invencible,
en este mundo que aguarda.


Aunque aún no lo veamos.

José Mª Rodríguez Olaizola SJ

Visto 7064 veces Modificado por última vez en Domingo, 07 Diciembre 2014 15:40